Luis Dávila: “Las clases online necesitan de un lenguaje educativo virtual”

Luis Dávila Menoza
Las clases online, creo que es un “fenómeno pedagógico” que nos sorprendió a todos, especialmente a las instituciones educativas de niveles prebásico, básico, medio, y también de la enseñanza superior. Quebró a rajatabla el sistema educativo tradicional imperante por decenios en la sociedad educativa chilena.
Si antes de la pandemia todos constatábamos que la educación chilena estaba atravesando por una grave crisis, actualmente queda en evidencia que las comunidades educativas y especialmente las autoridades, no poseen un lenguaje virtual para entregar conocimientos a distancia, fuera de las tradicionales aulas educativas. Los profesores que tenemos una visión crítica nos preguntamos, ¿Qué profesionales de la educación han estado formando las Universidades en plena era de la ciencia y tecnología? Creo que hay que revisar lo que están haciendo las facultades y catedráticos universitarios en este ámbito.
Con metodologías tradicionales y con docentes de edades avanzadas que siguen trabajando en las cuatro paredes, es difícil que sean efectivas las clases on line en este periodo de crisis sanitaria, quedando en evidencia una asintonía total en las formas de entregar los materias y contenidos a los futuros profesores y profesoras, los cuales posteriormente como caja de resonancia repiten su aprendizaje tradicional a los estudiantes.
Se dice que el futuro de la nación son los niños y jóvenes, los cuales deben recibir una educación en cantidad y calidad de las mejores, pero esto no es así en la vida diaria. Chile es un país con muchas desigualdades e injusticias, las escuelas y liceos pobres, las zonas rurales, el nivel de pobreza de los sectores populares en lo que se refiere a infraestructuras educativas como acceso a Internet, tabletas y computadores, no les permite recibir una educación digital, al igual que los sectores más acomodados.
Además, las familias monoparentales, en especial las madres, deben multiplicarse en el diario vivir para criar, trabajar y apoyar a sus niños en los estudios lo cual es una labor titánica. No hay que desmerecer que los gobiernos de turno han invertido bastante presupuesto en educación, pero esta no ha llegado donde debe llegar, es decir, al aula de clases donde está el profesor tratando de hacer patria para enseñar a sus alumnos. Falta formación y capacitación pertinente a los docentes, para que desarrollen sus “competencias” en el manejo de los avances tecnológicos, en la impartición de clases por videoconferencias, charlas y foros por TV, es decir todo lo que se refiere al sistema de la virtualidad. Gran desafío deberán enfrentar las instituciones de enseñanza superior en la formación de los futuros profesionales de la educación, es decir actualizarse y conocer las realidades de las diferentes comunidades educativas, visitándolas asiduamente y unidas a ellas, trabajar juntos, construyendo pedagogía.
Uno de los grandes problemas de las clases online radica en que los contenidos prácticos, de laboratorio y de trabajo en grupos, no se pueden realizar, lo que significa que solamente se limita a enviar guías de trabajo individuales y otros materiales parecidos. Con la preocupación por la salud y los aspectos sociales y económicos, el proceso enseñanza aprendizaje queda en un segundo plano, especialmente para los más pequeños de la casa que no saben leer y no tiene las condiciones en sus hogares de un espacio físico con luz adecuada, donde el niño pueda concentrarse y producir avances en sus estudios. Todo proceso educativo necesita cumplir un horario determinado el que se debe cumplir para poder ser efectivo, con un profesor tutor y un apoderado que lo apoye en todo momento y que pueda apoyar en los diversos aspectos que el niño lo requiere en su formación.
La clases online pueden ser positivas pero con una planificación y una organización científica organizada seriamente.
El alto desarrollo de las redes sociales no se cristaliza en las escuelas de sectores postergados
Otro de los grandes problemas que se debe mencionar es que mediante las clases online no existe posibilidad de socializar entre los pares, cuestión muy importante en los primeros años de escolaridad de los estudiantes y, junto a la socialización, desarrollen otros valores como la solidaridad, el compañerismo, la amistad o la creatividad. A propósito de lo anterior la sociedad se da cuenta de la gran labor desarrollada por los profesores en la formación de los niños y jóvenes a través de la etapa de escolaridad básica especialmente, y la comienza a valorar.
Chile es un país latinoamericano con un alto desarrollo de las redes sociales, pero esto no se cristaliza a nivel de escuelas y liceos de comunidades educativas, esto especialmente en los sectores sociales postergados, donde si llega lo hace en mala calidad operacional. No existen estudios de investigación de cuantas comunas no tienen acceso a la tecnología, ya sea Internet de alta velocidad y resolución, por ejemplo, de acceso gratuito.