Nuevo orden que emerge: Vietnam y China lideran importante cumbre asiática

Nuevo orden que emerge: Vietnam y China lideran importante cumbre asiática

Utilizando el sistema de video conferencia, mandatarios de la ASEAN y del APT, realizaron sendas reuniones destinadas a unificar criterios y quehaceres frente a la epidemia provocada por el coronavirus y, a la vez, diseñar la probables medidas política y socioeconómicas que implementarán para resolver las dificultades que surgirán producto de la pandemia que azota a sus respectivos países. Las sesiones fueron dirigidas por Nguyen Xuan Phuc primer ministro de Vietnam, quien ejerce como el presidente rotativo de la ASEAN.

Dos importantes reuniones entre las principales economías asiáticas fueron realizadas el 14 de abril, mediante el sistema de video conferencia. Ambas lideradas por Nguyen Xuan Phuc, primer ministro de la República Socialista de Vietnam. La primera de ellas se efectuó entre los países que constituyen la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, más conocida como la ASEAN por su sigla en inglés, bloque que aglutina a Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Birmania, Singapur, Tailandia y Filipinas, el que concentra una cantidad cercana a los 620 millones de habitantes. Junto con intercambiar información sobre la epidemia, los países acordaron trabajar para la constitución de un fondo común que les permita hacer frente a la crisis sanitaria, crear un red de expertos para prever futuras pandemias, así como trabajar colectivamente para mitigar el impacto económico y social en sus respectivos pueblos.

La segunda reunión tuvo como protagonistas a los integrantes de la ASEAN más China, Japón y Corea del Sur, reunión que mantiene cierta permanencia desde 1999 y conocida como APT, ASEAN Plus Three o ASEAN+3. El objetivo de esta segunda cumbre, también fue afrontar en conjunto las consecuencias provocadas por el coronavirus y, en especial, la forma en que abordarán el deterioro económico que genera la epidemia.

En la sesiones destacó la intervención de Li Keqiang, primer ministro de la República Popular China, quien concordó con todos los participantes en la necesidad de adoptar medidas rápidas para garantizar una liquidez adecuada, proponiendo que fuese la Oficina de Investigación Macroeconómica de la APT, la entidad que preparase un plan de acción. En este aspecto, acogieron el programa crediticio para la recuperación de COVID- 19 propuesto por el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras, BAII, con una capitalización inicial de 5.000 millones de dólares. Las cumbres contaron con una nutrida participación de los jefes de Estado y de gobierno más los ministros de relaciones exteriores y salud de todos los países.

Previamente, el primer ministro de Vietnam había sostenido una reunión con su homólogo de la India, Narendra Modi, en la cual reafirmaron el carácter de asociación estratégica que mantienen ambas naciones y, específicamente, acordaron profundizar la colaboración frente al coronavirus y sus consecuencias.

Es importante destacar que China, India y Vietnam, forman parte del pequeño grupo de países cuyas economías no deberían contraerse producto de la crisis provocada por el coronavirus aunque sólo lograrían un bajo crecimiento, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional entregados hace dos días. Vietnam, con una población cercana a los 100 millones de habitantes, mantiene solamente 266 personas infectadas, aún no tiene fallecidos y actualmente dirige la ASEAN debido al sistema rotatorio de su presidencia, situación que está aprovechando magistralmente, ya que mantiene la iniciativa en un universo de varios miles de millones de personas, si se suman las poblaciones de China, la ASEAN, India, Japón y Corea del Sur. No es una cuestión menor, ya que tanto en la Unión Europea como en Latinoamérica, el Reino Unido, Australia y, especialmente, Estados Unidos, la tendencia ha sido actuar por separado, ante la ausencia de liderazgo, debido al vacío dejado por los estadounidenses, nación que con poca legitimidad interna producto de su división y la incapacidad para encontrar respuestas a la crisis, no puede encabezar una gran ofensiva mundial, tal como lo venía haciendo durante los últimos 70 años.