El eterno calvario de los niños palestinos

Desde hace décadas, en Palestina se desarrolla un criminal infanticidio que ha afectado a generaciones de niños y jóvenes, quienes mueren en medio de una situación que se alarga en el tiempo, sin posibilidad de finalizar y que siembra de muertos y mutilados un territorio, cuya importancia estratégica, determina la duración del conflicto. Distintos organismos de derechos humanos han denunciado la deleznable situación, sin embargo, no hay medida alguna que haya detenido la masacre. El tiempo pasa aumentando impunemente los crímenes.
El pasado 13 de mayo falleció Zaid Fadl Qaysia, de 15 años, quien recibió una bala en la cabeza disparada por soldados israelíes en Hebrón, mientras protestaba junto a otros cuatro jóvenes heridos en diferentes partes de sus cuerpos. El adolescente, es uno más de los miles de niños palestinos asesinados durante décadas, una masacre a la vista de todo el mundo y que no termina. Si bien es cierto, numerosas infantes han sido asesinados desde 1948, un alto porcentaje de muertos se concentra desde la Intifada, rebelión ocurrida entre 1987 y 1993, que tuvo como principales protagonistas a jóvenes que en las calles de los territorios ocupados, se enfrentaron con piedras a los fusiles y tanques israelíes.
Al Nakba y el terrorismo sionista
Los palestinos recuerdan el 15 de mayo de 1948 como el día de la Nakba o la catástrofe, fecha que conmemora la expulsión de medio millón de habitantes de los territorios que ocupa Israel, un estado artificial impuesto por un grupo de judíos europeos que expulsó a la población autóctona. Operación idéntica a otras invasiones en las que una minoría europea blanca se adueñó de una zona aniquilando a sus habitantes originarios. Pero en Palestina, el desalojo de su población no redujo su volumen, por el contrario, la ONU señala que hoy los refugiados son más de 5,6 millones de personas.
La idea de construir un estado confesional judío en Palestina, se remonta a fines del siglo XIX con la aparición del sionismo, ideología cuyo nombre proviene del monte Sion, cercano a Jerusalén, la que argumenta que quienes profesan la religión judía constituyen una nación y deben tener un estado. La construcción artificial de tal nación tuvo como eje el semitismo como derivación de una familia lingüística a grupo étnico, en segundo lugar, el rescate de la lengua hebrea que no se hablaba desde el Siglo I DC y, por último, la fijación de un hogar para los judíos perseguidos, proyecto que tuvo varias posibilidades, Argentina, Uganda y, finalmente, decidieron Palestina.
Los judíos eran hostigados en Europa principalmente por motivos religiosos, ya que se les acusaba de manera absurda de la muerte de Cristo y de negarle a éste su carácter divino.
En el Reino Unido, la colonia judía la regían dos millonarios conservadores, el barón Lionel Rothschild y Jaim Weizmann, quienes negociaron la presencia judía en Palestina, a cambio de oponerse a los turcos y garantizar la seguridad del canal de Suez. Fue ratificado en la declaración de Balfour, en 1917, en la que el gobierno británico apoyó la idea de un hogar nacional judío en Palestina. Había sido precedida por el acuerdo Sykes- Picot, entre Francia y el Reino Unido, el que decidió la división del medio oriente una vez derrotados los turcos. Ambas declaraciones, emitidas por las entonces primeras potencias mundiales, aumentaron el traslado de judíos a Palestina. La rivalidad entre lugareños y extranjeros aumentó y los sionistas pasaron a organizar acciones armadas. Una vez vencidos los turcos, los ingleses obtuvieron el mandato de la región.

La persecución sufrida por los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, acrecentó la popularidad del sionismo. En 1947, la ONU resolvió que se construyeran dos estados, uno judío y otro árabe. Así, el Estado de Israel fue declarado el 14 de mayo de 1948 y, al otro día comenzaba la confiscación de tierras palestinas y la Nakba. El presidente del nuevo estado fue Jaim Weizmann, el antiguo aliado de Rothschild, mientras el estado Palestino todavía no se constituye. Entre 1948 y 1993, la posición palestina defendía que el territorio debía constituir un solo estado, tal como lo planteó Yasser Arafat en las Naciones Unidas. Pero el sionismo siempre lo rechazó porque serían minoría., ya que el desplazamiento de millones de judíos a Israel no prosperó y solo pudo sobrevivir convirtiéndose en una gigantesca base militar de Estados Unidos, país que inclusive le ayudó a transformarse en potencia nuclear al margen de la ley. Los palestinos, con la llegada de una nueva generación, constituyeron diversas organizaciones civiles y militares para la lucha, las que se unificaron en 1964 bajo Organización para la Liberación de Palestina. OLP, reconocida en 1974 por la ONU como la única representante del pueblo palestino.
La controversia de los dos estados
Desde los años 1980, la participación de niños palestinos en manifestaciones callejeras se acrecentó, provocando numerosas muertes, ya que Israel utiliza al Ejército para reprimirles. La protesta se multiplicó ante la expansión del estado judío, mediante colonias, hacia la Cisjordania, región que la ONU entregó al futuro estado palestino, además, el bloqueo a la franja de Gaza, la prisión más grande del mundo, agravó la tensión. Asimismo, Israel construyó un muro en la línea divisoria entre ambos estados, separando social y culturalmente a las dos comunidades. En 1993, producto de la Intifada, se iniciaron conversaciones en las que la OLP dio un giro al reconocer al Estado de Israel, mientras los judíos aceptaron que la Agencia Nacional Palestina administrara Cisjordania y la franja de Gaza. El acuerdo se firmó en Oslo y fue resistido por variados grupos palestinos que rechazaron los acuerdos, así surgió Hamas, el que hoy rige en Gaza mientras la OLP gobierna Cisjordania. Al interior de Israel existe una minoría árabe, representada en el parlamento y también una porción de judíos está en contra del sionismo y por respetar los derechos de los palestinos, pero no tiene gran influencia política. El sionismo rechaza a los refugiados, porque variará la población en el estado judío y, se opone a un estado palestino independiente porque transformará el equilibrio político y militar de la región en contra de Israel.
Los niños y las armas israelitas
La decisión de lucha contra Israel por parte de los palestinos es unánime, lo que significa la intervención de toda la población en la defensa de sus derechos como nación. En tal plano, la participación de niños y niñas es masiva. Desde sus pueblos y centros escolares, los infantes y adolescentes, constituyen un gran aporte a la lucha contra la ocupación israelí. Pero el precio es altísimo, solamente homologable con el pagado por los niños y adolescentes sudafricanos en la época del apartheid. Sin embargo, los asesinatos también son contra menores que no participan en protestas, en especial las ofensivas israelíes sobre la franja de Gaza, siendo el más emblemático el de 4 niños muertos por un dron mientras jugaban fútbol en julio del 2014. Además, miles quedaron mutilados y la salud mental es desastrosa. Un estudio realizado en el 2018, arrojó que el 95 por ciento de los jóvenes de Gaza presenta serios trastornos psicológicos: depresión, hiperactividad, agresividad y problemas para dormir.
Igualmente, los presos y torturados se cuentan por miles a lo largo de la ocupación. Desde el 2000, un total de 17 mil menores han sido arrestados y un reciente informe de la Unicef indica que 194 menores palestinos se encuentran sin condenas, solo están en prisión preventiva. En el 2018 fueron asesinado 56 niños palestinos y 1.760 recibieron fuertes palizas.

En el 2019, según el Centro Al Mezan para los DDHH, 27 niños resultaron muertos y 2.000 heridos. En la última década, la tasa anual de adolescentes detenidos es de 1.250.
El 26 de julio de 2019, el secretario general de las Naciones Unidad, Antonio Guterres, entregó un informe al Consejo de Seguridad del organismo, en el que denunciaba a Israel y a Arabia Saudita como los regímenes que provocan mayor cantidad de muertes en niños. Claramente fueron considerados como los mayores infanticidas del mundo.
Tanto el estado sionista en Palestina como la dinastía saudí en Yemen fueron condenados como los causantes del “número cada vez mayor de víctimas infantiles, que a menudo son el resultado de los ataques aéreos a las regiones densamente pobladas y contra objetos civiles, incluidos escuelas y hospitales”. No obstante, diversas organizaciones de derechos humanos han reclamado que, a pesar de las evidencias, Israel no ha sido incluido en la lista negra de regímenes infanticidas, cuestionando la debilidad de los gobiernos aliados de Estados Unidos, quienes se dejarían presionar por el lobby judío.

El Acuerdo del siglo de Trump
Privilegiado por la poderosa colonia sionista mundial, Israel se ha desarrollado como potencia económica y militar. Para Estados Unidos y la OTAN, es pieza clave de su dominio en el Medio Oriente. Además, Netanyahu fue invitado de honor de Vladimir Putin en un pasado aniversario del Día de la Victoria en la Plaza Roja y los puertos de Haifa y Ashdod están incluidos en la Nueva Ruta de la Seda china. De la misma manera, brega por tener aliados que aumente su poder en la región como es el caso de los kurdos. Asimismo, el Mossad, servicio secreto israelita, es uno de los más fuertes del mundo y participa activamente en la lucha contra las fuerzas de izquierda en Centroamérica y es fiel aliado de la CIA y la DEA en contra del gobierno venezolano y la oposición hondureña.
Donald Trump, cuyo yerno y principal asesor es Jared Kushner, un fanático sionista, impulsó el llamado Acuerdo del Siglo, el que pretende expandir la incautación de tierras palestinas a cambio de dinero, violando la legislación internacional e imponiendo por la fuerza sus propósitos. La apropiación unilateral de Jerusalén y la anexión del Golán sirio así como de una parte importante de Cisjordania lo demuestran.
La resistencia palestina está esperanzada en que el cambio en la correlación de fuerzas que significó la derrota europea- estadounidense para adueñarse de Siria, favorezca su lucha. Pero es un proceso complicado, ya que grupos palestinos como Hamas y sectores de la OLP, lucharon por derrocar al presidente Asad, por lo que recién recomponen las alianzas para integrar el llamado Eje de la Resistencia. Mientras a las y los palestinos solo les queda luchar y sus jóvenes y niños seguirán llenando de mártires la antigua tierra santa.
