La fortaleza del sistema socialista de salud cubano

Cuba reafirma la solidez de su sistema de salud y la fuerza de su pueblo frente a una crisis
En los albores de la revolución cubana sus principales líderes concluyeron en que junto a la compleja tarea que significaba instituir el poder democrático revolucionario, tendrían que establecer los derechos básicos de las personas, entre ellos, salud y educación. Tal cuestión la abordaron sobre la base de asegurar el acceso bajo un sistema único y universal, o sea, sin privilegios. La profundización del proceso enfiló hacia cambios estructurales provocando la confrontación con Estados Unidos y el inició del bloqueo, pero ello no debilitó el avance y consolidación de tales beneficios. Por el contrario, la profunda decisión para mantener una población sana y con conocimiento, como objetivo indispensable para aspirar a metas superiores, se enraizó con fuerza en toda la sociedad isleña. Hoy, en medio de una crisis epidémica mundial, la inversión social en ambos, saber y salubridad, cosecha sus frutos junto a otro concepto arraigado en Cuba desde hace décadas, la solidaridad entre los pueblos. Proteger a su población de los estragos del virus y, de manera simultánea, ayudar a otras naciones a enfrentar la pandemia, es una tarea difícil que el Estado y pueblo cubano solo pueden ejecutarla por el largo tiempo que lleva desarrollándose el sistema socialista de salud. A modo de ejemplo, tener la densidad de médicos más alta del mundo, 9 por cada 1.000 habitantes, es uno de los factores que le permite enfrentar la crisis sanitaria en dos frentes, nacional y mundial. Con una población de 11,2 millones de personas, tiene 2.000 contagiados, la mayoría recuperados.
Un desarrollado y eficiente complejo sanitario en acción
La clave del Sistema Nacional de Salud cubano se centra en tres ejes básicos: las y los trabajadores, el conocimiento y la participación de la comunidad. Sobre dichos elementos puede potenciar la acción estatal que direcciona, controla y evalúa las políticas de salubridad. Además, le permite la aplicación casi inmediata de los avances científicos y tecnológicos al sistema productivo y de allí al sistema de salud y por ende a la población, un factor que muchos tienden a olvidar y que es fundamental, sobre todo en época de crisis sanitarias como la que vivimos. Para implementar las políticas de salud pública el país cuenta con una extensa Red de atención primaria y un sólido aparato de tratamiento clínico, el que le ha permitido enfrentar la expansión de la Covid-19 de manera eficiente. El primer caso de contagio en la isla se detectó el 11 de marzo y desde ese día comenzó la aplicación de un programa planificado con algunos meses de antelación, centralizando gran cantidad de esfuerzos en la prevención y en la defensa inmunológica, con un eficaz seguimiento de los contagiados y el consiguiente tratamiento. Para ello, Cuba ha sensibilizado a un alto porcentaje de la población, haciendo coincidir en un esfuerzo sincrónico a trabajadores y profesionales de la salud, comités de defensa por manzana, las fuerzas armadas, su aparato científico-tecnológico, estudiantes en ciencias médicas, comunicadores sociales y otros innumerables dispositivos que desarrollan su actividad bajo las normas de la Organización Mundial de la Salud, OMS.

Bajo la dirección del ministro de Salud, José Portal y el director de Epidemiología del ministerio, Francisco Durán, se moviliza una considerable fuerza operativa destinada a labores preventivas, principalmente desinfectantes y muchas de ellas a cargo de las fuerza armadas, junto a programas de desarrollo de la inmunidad innata de la población.
Complementación eficiente entre ciencia y trabajo
Los trabajadores y profesionales de la salud constituyen la base en el modelo para combatir el coronavirus y su capacitación fue un factor clave desde el comienzo, pero además, asumiendo que la prevención en el propio personal de la salud era estratégico, ya que no se podía arriesgar su contagio en el pináculo de la pandemia. Hasta la fecha, ningún integrante de la red sanitaria ha fallecido por el virus.
Los estudiantes de medicina, odontología y de otras áreas de la salud, están concentrados esencialmente en lo que se denomina el pesquisaje presencial, una fórmula que permite atender cada casa de cada manzana y cada día, para informar sobre la existencia de alguna persona con sintomatología virológica. Es una especie de avanzada de la atención primaria, pero de emergencia y que se conecta directamente a los centros de tratamiento en caso de que alguien entre en la categoría de caso sospechoso. Igualmente, mediante una aplicación, se está implementando un pesquisaje virtual.
El área de Tecnología Médica Avanzada activó 73 proyectos de investigación, varios desarrollándose con anterioridad y que al calor de la crisis se aplicaron en plenitud. Es el caso del centro biotecnológico que desarrolló el CIGB 258, medicamento aplicado a pacientes graves, con capacidad para reducir las inflamaciones, el que dio satisfactorios resultados.

Un caso que destaca es el del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí IPK, dirigido por el doctor Manuel Romero, especializado en el diagnóstico y tratamiento de Covid-19. Uno de sus primeras tareas fue la preparación de laboratorios de provincia y la capacitación de 7 mil profesionales en virología, sin descuidar las tareas centrales y rectoras que emprende en el ámbito nacional. La entidad realizó la primera foto del coronavirus permitiendo su caracterización molecular, así como el estudio genético y cinético de los fluidos del cuerpo. Elemento básico para conocer su evolución en las particularidades del país. Asimismo, el instituto facilita la estrecha conexión entre Biocubafarma y sistema de salud, además de participar en el proceso de evaluación y utilización de los productos. De la misma manera, en el programa preventivo de adquisición de defensas por parte de la población, los expertos cubanos han acudido a la medicina homeopática desarrollando el PrevengHo-Vir.
No Obstante, factores climáticos y de otra índole sanitaria, obligan al sistema de salubridad a estar atento para prevenir la propagación de otras enfermedades, en especial el dengue, la fiebre amarilla y el zica, cuyo agente, el mosquito Aedes Aegypti, se tramite por arbovirosis. Es una plaga que actualmente afecta a gran parte de Latinoamérica, por lo tanto, es un riesgo latente que obliga a la destrucción de eventuales criaderos. De esta forma, en Cuba la actividad preventiva no se reduce al coronavirus.
La ayuda solidaria internacional
A mediados de marzo, el crucero MS Braemar, abarrotado con pasajeros mayoritariamente británicos, algunos de ellos con coronavirus, quedó varado en el Caribe sin que ninguno de los gobiernos a los que solicitó ayuda, entre ellos el colombiano y el estadounidense, aprobasen que recalara en sus puertos, solo el cubano aceptó recibirlos para que fuesen reembarcados vía aérea al Reino Unido. Fue una acción humanitaria efectuada con la certeza de que no tendría grandes riesgos. De igual forma, la alta capacidad del aparato de salud pública le permite al gobierno cubano, desarrollar una acción solidaria que va en ayuda de aquellas naciones con dificultades para enfrentar la crisis del coronavirus. No es una actividad desconocida, ya que numerosos programas aplicados en países del llamado mundo en desarrollo son reconocidos en todos los planos. Los casos son variados, destacando al Operación Milagro, la lucha contra el Ébola o la asistencia médica en terremotos, pero también destaca la asistencia permanente de grupos de médicos cooperantes en 62 países, con alrededor de 40 mil profesionales de la salud. Fue en el 2005 que se creó la Brigada Henry Reeve, como prueba de amistad a Estados Unidos cuando Nueva Orleans se vio afectado por el huracán Katrina, país que no aceptó la ayuda, sin embargo, la estructura se mantuvo y expandió en la medida que sus servicios fueron requeridos en otras naciones. El nombre recuerda a un soldado estadounidense que murió luchando por la independencia de Cuba. Las críticas recibidas por el programa son esencialmente ideológicas, debido a que una actividad de este tipo se cruza directamente a la demonización del socialismo y la revolución por parte de las fuerzas capitalistas. Inclusive, Estados Unidos levantó un programa que promueve la deserción de los profesionales cubanos con distintas prebendas, siendo la principal, la facilitación de los trámites migratorios.

De la misma manera, se analiza la labor clínica desde la perspectiva del mercado, por lo tanto, mañosamente se efectúan comparaciones salariales con los galenos locales. No obstante, el reconocimiento es amplio, sobre todo, ante la existencia de una crisis sanitaria mundial en la que brigadas de médicos isleños se hacen presente en más de 20 países, algunos de ellos industrializados como Italia, lo que incentiva a distintas organizaciones de todo el mundo a promover su candidatura al premio Nobel de la Paz.
Priorizando actividades estratégicas
Así como el Sistema Nacional de Salud de Cuba se mantiene alerta frente a otras epidemias, el gobierno se esfuerza para afrontar de la mejor forma la próxima temporada ciclónica, comprendida entre comienzos de junio y fines de noviembre, por lo que apresta su sistema de alerta temprana que permita prevenir los eventuales perjuicios, cuestión fundamental para la posterior recuperación de los ecosistemas dañados. Igualmente, el avance de algunas importantes obras no se ha detenido, como es el caso de la construcción del hotel Oasis, ubicado en la localidad de Varadero, uno de los principales polos turísticos del país. Con alrededor de 1.500 trabajadores la edificación de dos bloques con un total 1.100 habitaciones, más un centro comercial, no se ha detenido por el impacto del coronavirus. De igual manera, Cuba firmó con Nicaragua un convenio educativo que permitirá a ambos países, elevar el nivel de capacitación técnica en tecnología educativa, formación docente y diseño de planes de estudios para personas con discapacidad. El país no puede darse el lujo de descuidar las áreas básicas que aseguren su desarrollo, en el que la independencia alimentaria y la autosuficiencia energética son consideradas estratégicas. Así, en medio de un implacable bloqueo que le dificulta obtener en el mercado mundial suficientes alimentos, medicamentos y numerosos insumos para el funcionamiento normal de la sociedad, Cuba se convierte en un caso ejemplar en cuanto a protección de la vida, una prioridad para la revolución y el sistema socialista que tanto su estructura estatal como la ciudadanía reafirman constantemente. El presidente Miguel Díaz-Canel convocó a no debilitar las medidas preventivas junto con impulsar la producción alimentaria. Desafío que el pueblo afrontará con la experiencia adquirida en largas décadas de lucha.