La Comisión Nacional de Productividad y el Consejo Laboral, dos chistes crueles del neoliberalismo
En el Acuerdo Covid se menciona a dos organismos sobre los cuales la población no tiene gran conocimiento ni interés, pero que la elite política empresarial acude cuando tiene necesidad de simular la existencia de una institucionalidad participativa. En efecto, en la letra G del punto III, en el título Agilización Regulatoria y de Plazos Para Proyectos de Inversión, se indica seguir las recomendaciones de la Comisión Nacional de la Productividad “para reducir plazos y procedimientos regulatorios dentro del procedimiento administrativo”. Mientras que en la letra I, Cumplimiento de Condiciones Sanitarias para el Empleo, señala que las adecuaciones transitorias a horarios y funciones de los trabajadores, se efectuarán en el marco de las recomendaciones de autoridad sanitaria y, en diálogo con el Consejo Superior Laboral, donde participan empleadores, sindicatos y autoridades del trabajo. Ambos organismos son paraestatales, supuestamente organismos transversales, la Comisión Nacional de la Productividad se creó en febrero de 2015 bajo el gobierno de Michelle Bachelet y su misión es “asesorar al Presidente de la República en todas aquellas materias orientadas a aumentar el crecimiento económico de largo plazo y el bienestar de los ciudadanos a través de la generación de ganancias en la productividad”. El presidente del organismo y sus consejeros son nominados por el primer mandatario, aunque su página web señala que: “Sus recomendaciones no responden a instrucciones del Gobierno, sino que se basan en análisis técnicos, con propuestas consideradas mejores prácticas en políticas públicas a nivel internacional”. Mayor ternura es difícil de encontrar.
El Consejo Superior Laboral es un organismos tripartito en el que convergen representantes de los empresarios, trabajadores y del ministerio del Trabajo, creado por ley 20.940 en el 2016, bajo el gobierno de Bachelet y en su reglamento de enero de 2017 indica como primera función: “Elaborar, analizar y discutir propuestas y recomendaciones de política pública en materia de relaciones laborales y mercado del trabajo”. Otra figura neoliberal que intenta conciliar los intereses patronales con las aspiraciones de los trabajadores. Ambas instancias, señaladas en el Acuerdo Covid, servirán para reforzar ideológicamente el nuevo pacto, pero de igual forma, serán utilizadas para mostrar un abanico de apoyo, tal como sucede con la propuesta económica del colegio médico.
La Comisión Nacional de la Productividad en su totalidad es neoliberal y alineada políticamente con el empresariado, es obvio que sus recomendaciones incentivarán la desregulación ambiental. En lo referente al Consejo Superior Laboral, no existe gran diferencia, aunque participan integrantes de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, organización ligada a la ex Nueva Mayoría y que ha avalado el Frankenstein creado cuando eran gobierno y que hoy sirve para que la alianza entre la Derecha, la DC y el laguismo pueda alcanzar un consenso para mantener el modelo por varios años más, tomando como excusa la desastrosa situación que se vive en los hogares modestos por la pandemia del coronavirus.