El ministro Paris y la danza con datos
Si alguien pensaba que la salida de Mañalich iba a significar cambio de estrategia frente a la epidemia por parte del gobierno, estaba profundamente equivocado. La Moneda tiene un diseño que no ha cambiado y la salida del polémico ex ministro de Salud, solo fue una descompresión mediática que, inclusive, relega aún más el aspecto sanitario como factor secundario. Lo principal sigue siendo proteger el gobierno, porque el Estado permanece como el principal instrumento que defiende el modelo neoliberal, muy especialmente la fidelidad del aparato coercitivo militar y policial.
Por ello, hoy existe un abanico de cifras que resulta muy difícil de entender, con cambios de fórmulas y números estructurados para crear una imagen positiva y de control de la enfermedad, pero que no pueden ocultar una realidad evidente, en el enfrentamiento a la pandemia, el país alcanza uno de los resultados más desastrosos del mundo, ni siquiera de Latinoamérica. Esa es la capacidad del “exitoso” modelo de desarrollo chileno. Ante dicha situación, el gobierno no puede hace absolutamente algo serio. Sólo está intentando que la doble crisis no lo desaloje y para ello se prepara todo los días para dar la gran batalla. Sabe que cuenta con la DC y el laguismo, porque estos no desean una situación inestable que les dificulte volver al poder en la etapa post Piñera, ni que éste quede resentido sin ganas de apoyarlos en su eventual gobierno.
Así, a la elite política y empresarial que domina el país lo que menos le interesa es la población afectada por la epidemia, los cálculos políticos van por otro lado. En dicho plano, el ministro Paris es un peso mosca, no tiene incidencia alguna en el juego palaciego.