La lucha por la presidencia del BID entre globalistas y proteccionistas

La disputa obligará a los gobiernos a tomar partido lo que mostrará los alineamientos concretos frente a la política de Donald Trump en Latinoamérica, despejando varias incógnitas, entre ellas la chilena.
La disputa entre globalistas y proteccionistas se intensifica en la región, ya que hasta el momento no existía gran diferencia entre lo seguido por el gobierno de Obama y el actual, a excepción del tratamiento a Cuba. Pero con relación al hostigamiento y eventual destitución de gobiernos izquierdistas, Trump prosiguió con los planes de su antecesor. Guaidó fue ovacionado por republicanos y demócratas en el Capitolio y la destitución de varios gobernantes progresistas fue producto de las maniobras de Hilary Clinton. Pero, en la actualidad, los proteccionistas deben avanzar para consolidar sus posiciones y asegurar su triunfo en las elecciones de noviembre. Ya despejaron el tratado con México y Canadá, por lo que miran hacia el sur. Venezuela, Nicaragua y Cuba, siguen siendo preciados objetivos en términos políticos, pero, en lo económico, deben controlar la mayoría de las instituciones financieras, entre ellas el Banco Interamericano de Desarrollo, BID. Cuando dicho organismo fue creado, durante la gestión de Dwight Eisenhower, se adoptó un acuerdo implícito, el que designaba a un latinoamericano en la presidencia, mientras que la vicepresidencia era asumida por un estadounidense. Pero Trump no se siente obligado a respetarlo y promueve a Mauricio Claver-Carone para el cargo, lo que ha generado el rechazo de ex mandatarios pro globalistas, entre ellos Ricardo Lagos, Henrique Cardoso y José Manuel Santos. Además, el ex mandatario chileno, criticó que el presidente del Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales, Hernán Errázuriz, haya invitado a Claver-Carone al país, lo que estaría insinuando la alineación del gobierno de Piñera. La situación es complicada, porque la maniobra de Trump era impensada, ya que nadie suponía que iba a romper un “acuerdo entre caballeros”. Pero para los estadounidenses, Latinoamérica es su patio trasero, algo que han dejado muy en claro tanto los proteccionistas como los globalistas.