La prioridad debe ser la libertad de los presos políticos de la rebelión social

Independiente de las tareas que se desarrollen, así como variadas y nuevas formas de comunicación emergen en medio de la pandemia o las promisorias novedades que vienen del Congreso, hay un factor que no podemos dejar de lado y es la solidaridad. Si bien es cierto, son meritorias las formas en que amplios sectores populares se han organizado para hacer frente al hambre, no podemos olvidar a quienes están presos por luchar. Se han multiplicado foros, propuestas y posibilidades de recursos, pero pocos están reparando en que aún permanecen en las cárceles de todo el país, una cantidad de personas acusadas por el gobierno con la única finalidad de registrar un precedente que atemorice a quienes deseen participar en futuras luchas, las que tarde o temprano vendrán, porque nadie puede pecar de ingenuo pensando que se podrá avanzar sin grandes movilizaciones. Por ello, quienes están en las cárceles no pueden ser abandonados, es un tema político de gran envergadura. Cualquier evento que se desarrolle con relación al proceso constituyente, no será completo si hay cientos de personas en las cárceles cumpliendo condenas. No cometieron delito alguno, solo lucharon para conquistar avances que pueden permitir un mejor porvenir para los sectores populares, si se aprovecha esta oportunidad histórica. Con ellos se ensaña el gobierno, el poder judicial y las fuerzas represivas que son parte y testigo a la vez. Se debe constituir un movimiento que luche para que haya plebiscito sin presos políticos. Sería una indigna y desastrosa situación si, en octubre, participamos ignorando a quienes están presos por luchar.