Apremia elaborar el programa democrático

La reanudación del proceso constituyente obligará a todas las fuerzas políticas a generar propuestas de sociedad. En el movimiento popular se debe discutir el Chile que queremos establecido en un programa que incluya las aspiraciones de todos y todas.
De una u otra manera, el proceso constituyente continuará desarrollándose en los próximos meses e independiente del nivel que alcance, un factor relevante será la direccionalidad que tomará la discusión política. El declive del neoliberalismo y las derrotas propinadas durante los últimos meses, no aseguran que vaya a ser reemplazado mágicamente, ya que el empresariado y la Derecha, resistirán cualquier cambio y, por el contrario, tratarán de consolidar el modelo, pero solo crearán dificultades, ya que no tienen un proyecto alternativo.
Existen algunos grupos, viudos de la ex Concertación-Nueva Mayoría, que autodefinidos socialdemócratas, intentan vender un neoliberalismo remozado, disfrazado de estado de bienestar, el que es liderado por gastados políticos, que pretenden blanquearse criticando leyes de las cuales son responsables.

La propuesta popular no puede tener otro objetivo estratégico que el cambio de sociedad, vale decir, terminar con el sistema capitalista, sin embargo, el neoliberalismo ha generado tan alto nivel de desigualdad y pobreza, que en la construcción del nuevo Chile habrá que establecer medidas prioritarias, las que deben consagrarse en una propuesta mínima con el objetivo de terminar con las deficiencias básicas que sufre la población. El Estado será el garante de los derechos básicos asegurando que ningún habitante del país sufra las secuelas de la pobreza. Asimismo, en una primera fase se debe desmontar el régimen neoliberal, ya que su permanencia no compatibiliza con las medidas que se necesitan aplicar para implementar un nuevo modelo de desarrollo que asegure un bienestar colectivo.
En tercer lugar, se deben establecer las bases del nuevo patrón de desarrollo y, para ello, un factor de importancia es la nueva regulación a implementar y también un nuevo régimen de acumulación que permita la creación de riqueza social.
En términos propositivos, sobre la base de estas tres líneas: derechos básicos de la población, desmonte del modelo y bases del nuevo patrón de desarrollo, se debe articular el resto de medidas componentes de la propuesta mínima a implementar en la primera fase de la construcción del nuevo Chile.
La plataforma programática popular tiene que ser elaborada por los actores sociales y debe contener tres áreas básicas: los derechos fundamentales, el desmonte del aparataje neoliberal y las bases materiales para construir una nueva sociedad.
El programa democrático debe elaborarlo el conjunto del movimiento popular y un gran número de medidas ya han sido coreadas en las calles, así como otras, fueron diseñadas en largos procesos por los actores sociales. Igualmente, las de mayor complejidad, podrían ser analizadas en sistemas mixtos, entre cientistas y militantes de base sin preparación académica, ya que ambos tienen la misma capacidad y el mismo nivel de aporte. No se puede concentrar en una elite. Algunas de las propuestas son de amplia aceptación por parte de la gente como es la nacionalización del cobre, el litio y el agua, sin embargo, en los grupos socialdemócratas generará rechazo por sus relaciones con las trasnacionales. Otras como el término de la autonomía de Banco Central, será resistida por los neoliberales y sus amarres con el FMI, pero en este plano se debe ser intransigente, porque de ello depende el mantener un sistema financiero que no dependa de los grupos económicos extranjeros. Asimismo, eliminar el Tribunal Constitucional, debe ser otro punto que no puede negociarse o la reformulación de una política de defensa, especialmente, desmontar todo el aparato represivo policial y de inteligencia, ya que ninguna democracia los necesita. En definitiva, se debe desarrollar un profundo proceso de análisis y discusión, para que logre germinar una plataforma programática viable, independiente y acorde con el concreto momento político que vive el país y que integre los anhelos de bienestar como la proyección de una nueva sociedad.
