Ministro de Educación con nula capacidad para el cargo
La pandemia deja descubiertas un sinnúmero de fallas, pero en el ministerio de Educación se baten todos los records. Hasta el momento, lo único mostrado por Raúl Figueroa es su deseo de que las clases presenciales se retomen lo antes posible. Es una obsesión, aunque la orden viene del gobierno ya que éste y los empresarios, decidieron que en septiembre el país debe estar funcionando en plenitud. Tras este propósito se arreglan datos, instructivos, oficinas y materiales. Pero en todos los niveles de la enseñanza se han generado efectos negativos por las restricciones, las que son muy difíciles de solucionar. Pero desde el ministerio no ha surgido ninguna iniciativa que permita aminorar los daños. Se supone que todo marcha bien y que los programas funcionan, pero no es así. Un año perdido para niños y niñas vulnerables para quienes la enseñanza fija la movilidad social. Grave secuela del virus que ataca a los pobres sin que el Estado entregue la mínima protección.