A 25 años de la expulsión de los serbios de Croacia

Alrededor de 350 mil habitantes de la llamada república de Krajina fueron expulsados de sus hogares por una poderosa fuerza constituida por la OTAN, apoyada por el Vaticano y numerosos estados musulmanes. La mayoría de los serbios de Croacia apoyaban la continuidad de Yugoeslavia.
La destrucción de la república socialista de Yugoeslavia fue uno de los sucesos de mayor distorsión de fines del siglo pasado, ya que el manejo mediático mundial por parte de las fuerzas victoriosas de la guerra fría, impuso una falsa imagen de los acontecimientos, producto de la nueva correlación de fuerzas mundiales que se estableció desde los finales de 1990. El término de la Unión Soviética influyó decisivamente en Europa Oriental y uno a uno los regímenes socialistas fueron siendo reemplazados por gobiernos capitalistas. El país era una federación de seis repúblicas: Serbia, Croacia, Macedonia, Eslovenia, Montenegro y Bosnia-Herzegovina. En la cúpula estatal hubo resistencia para alinearse subordinadamente al nuevo orden, por lo que Estados Unidos y Europa occidental, exacerbaron el nacionalismo de las naciones menores para aislar a Serbia, la república mayor que concentraba la resistencia y donde estaba Belgrado, capital de la federación. En Croacia se recurrió a las diferencias religiosas debido a que sus habitantes son católicos mientras que en Serbia, predomina el cristianismo ortodoxo. Igual táctica fue usada en Bosnia, Herzegovina cuya población es mayoritariamente musulmana.
Krajina el muro contra los turcos
En el siglo XV el avance turco otomano amenazaba Europa y en la región de los Balcanes, perteneciente al imperio Austrohúngaro, actualmente la frontera croata bosnia, estuvo la defensa denominada Krajina, cuyo propósito era frenar al invasor. Los serbios, asentados en el lugar, impidieron que los turcos se dirigieran hacia occidente, pero quedaron en medio de los croatas católicos y los bosnios convertidos al Corán, ya que finalmente, estos asimilaron la religión del conquistador. A comienzos del siglo XX, los grupos étnicos balcánicos fueron adquiriendo la identificación de eslavos del sur, los que entre acercamientos y lejanía, se unieron frente a enemigos comunes, por lo que al terminar la Primera Guerra Mundial consumaron la idea de crear un estado federado, el que con grandes problemas fue consolidándose, teniendo a Belgrado como eje de la iniciativa. Se denominó Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, al que adhirieron las otras naciones y fue una monarquía parlamentaria que duró hasta 1929, año de fuerte inestabilidad política, en que asumió una dictadura real con Alejandro I, quien declaró el Reino de Yugoeslavia, régimen que duró hasta 1945, cuando las fuerzas lideradas por Josip Broz Tito, liberaron el país derrotando al ejército nazi, proclamando la Yugoeslavia socialista que duró hasta 1992, período en que arreció la ofensiva capitalista comenzando la disgregación que terminó con el entonces poderoso estado.
La expulsión de los serbios de Krajina, en Croacia, fue la operación de limpieza étnica más grande desde la 2a Guerra mundial. Sin embargo, la Unión Europea y EEUU la ocultan para no asumir su responsabilidad.
Los serbios de Croacia rechazaron la destrucción del estado yugoeslavo, mientras que Estado Unidos y Europa incentivaron el nacionalismo, inclusive revivieron a la antigua Ustacha, una organización croata simpatizante con el nazismo, que en 1941 proclamó la república de Croacia, anexándola al Tercer Reich. Esta entidad fue reivindicada en 1991por grupos croatas de derecha con el apoyo de Estados Unidos y países de Europa que luego constituyeron la Unión Europea, una alianza superior que permitió integrar a las naciones orientales que adoptaron el capitalismo. El caso yugoeslavo era complejo, por lo que se adoptó una estrategia especial para aislar y destruir el estado formado por Tito. Los serbios de Croacia formaron la República Autónoma de Krajina, pero separada geográficamente de Serbia y ubicada en el sector menos industrializado de Croacia, por lo que no tuvo recursos para fortalecerse. Para su destrucción, paso esencial para el avance anti Belgrado, se formó una gran alianza político-militar formada por Estados Unidos, la Unión Europea, el Vaticano, la OTAN, Turquía, Irán y otros países musulmanes. Se constituyó un poderoso ejército que atacó, en agosto de 1995, a los enclaves serbios en Croacia. Formando dos frentes, uno occidental y otros a sus espaldas, desde Bosnia. Se desató una ofensiva llamada Operación Tormenta, Oluja, que triunfó con facilidad, ya que Krajina nunca pudo formar un ejército, solo algunas milicias y nadie acudió en su ayuda. Como resultado, todos los habitantes de origen serbio fueron expulsados, unas 350 mil personas. La limpieza étnica más grande desde la 2a Guerra Mundial, pero acallada por Occidente, al contrario, en el drama yugoeslavo se demonizó a los serbios acusándolos de ocasionar las mayores matanzas. Fue una guerra iniciada por Estados Unidos y la Unión Europea, para expandirse hacia el oriente, destruyendo un estado fuerte y creando minis dominios fáciles de manipular, así, sus industrias pueden vender productos con facilidad y los grupos financieros endeudar sin trabas a los países. La limpieza étnica en Krajina fue una vergüenza que el catolicismo y el mahometismo intentan ocultar ignorándola. Franjo Tudjman, Ante Gotovina y Mladen Markac, son los criminales de guerra que no resultaron condenados en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoeslavia, una farsa como muchas erigidas para castigar a un solo bando.