Falleció Georgina Godoy, madre del carabinero Guillermo Schmidt héroe del 11 de septiembre de 1973

Falleció Georgina Godoy, madre del carabinero Guillermo Schmidt héroe del 11 de septiembre de 1973

La mañana del golpe de Estado, su hijo, un joven carabinero, rechazó sumarse al derrocamiento del presidente Allende y resistió su detención en un enfrentamiento en el que disparó a dos oficiales de la institución los cuales murieron inmediatamente. Al otro día, fue fusilado sin juicio en la cárcel de Antofagasta.

Georgina Godoy nació en Tocopilla el 7 de noviembre de 1932, lugar en donde se casó con un suboficial de Carabineros, matrimonio del cual nació su hijo Guillermo el 4 de enero de 1950. Pronto llegó Eric, el segundo, y con el tiempo el jefe de familia fue trasladado a Antofagasta, lugar donde desarrollaron su vida en el ambiente policial. Su hijo mayor, ingresó a Carabineros en 1968 y luego se casó con Roxana Rojas Fuenzalida, hija y hermana de funcionarios de la institución, con ella tuvo tres hijos, dos hombres y una mujer, con quienes vivía en su propio hogar. Fue designado a la 4a Comisaría de Aduana, ubicada en Edificio Colectivo Argentina.

La mañana del golpe de Estado, la vida de Georgina cambió para siempre, su hijo se opuso a la destitución del presidente Allende y resistió ser detenido, producto de lo cual hubo un enfrentamiento en el que murieron dos oficiales por impactos de bala efectuados por Guillermo. Fue ejecutado al otro día y luego de rescatar el cuerpo lo velaron en su casa y sepultaron en el cementerio regional. Pero los problemas no terminaron para Georgina, el 2 de octubre fue recluida por más un mes en la cárcel sin que nadie le comunicara alguna razón. De ahí comenzó a ser perseguida por familiares de los oficiales muertos, quienes pedían que abandonara la ciudad. No podía cobrar el cheque de la pensión de su marido porque tenía prohibido ir a la comisaría, a veces la acompañó un sacerdote, el mismo que le entregó un carta que su hijo le escribió antes de ser fusilado. Se hizo cargo de sus nietos hombres, quienes posteriormente se radicaron en Australia y de su nuera y nieta nunca más supo algo. Pero no se amilanó y dedicó el resto de su vida a reivindicar la memoria de Guillermo, atacado por la cadena mercurial local. Resaltó su conducta ejemplar, de no prestarse para una operación criminal contra el pueblo, acusando al general Joaquín Lagos de dar la orden de torturarlo y ejecutarlo sin juicio ni defensa, como a muchos otros prisioneros. Una madre, como tantas, que debió transitar desde una tranquila dueña de casa a fiel continuadora de las ideas de un hijo que, enfrentado a una situación concreta, actuó según sus principios.

El carabinero Schmidt

El carabinero Schmidt

La mañana del 11 de septiembre de 1973, el carabinero Schmidt se presentó en su trabajo y cuando el mayor Osvaldo Muñoz informó que la institución se incorporaba al golpe de Estado contra el gobierno popular, señaló no estar de acuerdo. Era considerado de izquierda, ya que divulgaba abiertamente su lealtad con Allende, a quien escuchó en un viaje que efectuó a la ciudad, oportunidad en que le correspondió ser parte de la escolta institucional. Tenía 23 años y no permitió que lo detuvieran, generándose una confrontación en la que murieron el mayor Osvaldo Muñoz y el capitán José Dávila. Según la versión oficial ambos fallecieron por disparos efectuados por Guillermo Schmidt quien fue reducido por el resto de la dotación. Luego se supo que resultó herido en una pierna. Afuera estaba estacionada una micro llena de efectivos fuertemente armados que acompañaban a Muñoz. Después de torturarlo fue fusilado al amanecer del 12 de septiembre en la cárcel local y la descarga, como otras, se sintió en toda la zona centro de la ciudad. La Comisaría de Aduana era una pequeña unidad ubicada muy cerca de la costa de Antofagasta y una de sus tareas era vigilar las instalaciones portuarias. Fue velado en el departamento de su madre, ubicado en el Colectivo Bolivia, frente a la comisaria. Al pasar el cortejo hacia el cementerio, fue despedido en la esquina por algunos nerviosos carabineros que señalaron: “a pesar de todo era uno de los nuestros”. No tuvo militancia política, era esencialmente un allendista, pero conversaba con integrantes de los partidos de izquierda de la región, de ahí que muchos lo reivindican. Su determinación no era testimonial y fue única en lo referente a un partidario de la izquierda en el interior de las fuerzas armadas. Un puesto de honor en la lista de héroes del pueblo allendista uniformado.