La comunicación popular es un eje estratégico en la lucha por una nueva sociedad

La comunicación popular es un eje estratégico en la lucha por una nueva sociedad

La democratización de las comunicaciones debe ser un factor relevante en el proceso que se inicia porque nadie piense que la sociedad alcanzará niveles participativos aceptables si persiste el actual monopolio mediático informativo.

Muy pronto, todo el país comenzará a involucrarse en el proceso constituyente y entre los temas de discusión deben estar las comunicaciones. La estructura mediática chilena se sustenta en corporaciones que monopolizan información, conocimiento y significación. Sin posibilidad de acceder a otras opciones, el pueblo chileno transita entre programas, contenidos y formatos estandarizados que obedecen a una matriz única y dominante que reproduce el neoliberalismo.

La sumisión de la Concertación-Nueva Mayoría

Cualquier persona mayor puede afirmar que, en cuanto a lo comunicacional, el país no ha variado con relación a los tiempos de la Dictadura, pero un examen minucioso indica que hoy está peor, ya que en dicho tiempo existía una prensa opositora un tanto masiva, con periódicos que planteaban una postura encontrada con el poder establecido. Sin embargo, el ascenso del nuevo gobierno concertacionista en medio de un negociado, destruyó la entonces prensa independiente y se aceptó su aniquilación. Cuando Víctor Pey, demandó al Estado chileno para que se le indemnizara por la confiscación del diario Clarín y, con dichos montos, poder editarlo de nuevo, sucesivos gobiernos concertacionistas obstaculizaron por años una resolución favorable, ya que jamás estuvieron dispuestos a que en el país existiese una prensa que criticara los alcances de los negociados y la traición política que significaron dichos gobiernos. Así, entre otras cosas, cuando la corrupción se masificó e involucró tanto a los gobernantes como a la Derecha opositora, no hubo medio alguno que la denunciara, debido a que los grupos corporativos mediáticos morigeraron los alcances porque estaban implicados.

Las nuevas tecnologías democratizan el dato

La intermediación numérica de la información, permitió un mayor acceso de las personas a fuentes más amplias y, a la vez, logró que a través de los aparatos tecnológicamente avanzados, se estableciese un alto nivel de reciprocidad entre gente que es emisora y receptora de datos. Pero, aquello se refiere a la información, no a la comunicación, una cuestión distinta. No obstante, es un gran avance que hoy la población pueda tener mejor acceso y mayor variedad de fuentes informativas, porque disminuye el monopolio de los grupos dominantes, aunque aquello no significa que haya bajado la influencia ideológica que asegura su hegemonía cultural.

El país necesita una ley de medios que regule la excesiva influencia de las corporaciones mediáticas y, a la vez, asegure un amplio sistema de comunicación alternativa que democratice conocimiento y significación, lo que permitiría construir una sociedad más pluralista.

La comunicación alternativa y popular

La comunicación corporativo-comercial es un eje esencial en el esquema de dominación, ya que a través de ella se construyen estereotipos, significaciones y se filtra un mensaje ideológico que reproduce el modelo. Sin embargo, solo es uno de los aparatos mediante el cual se desarrolla el dominio ideológico, pero es decisivo a la hora de construir sentido e identidad.

En Chile, desde 1973 no existe un dispositivo comunicacional alternativo, ya que no se ha acumulado suficiente fortaleza como para construir un aparato de las dimensiones que se necesita. Para su edificación se necesita muchos recursos y es un trabajo que solo puede entregar frutos en el largo plazo. Sin embargo, nunca es tarde, sobre todo, si gracias al acceso a la gran variedad de medio digitales, es posible observar a muchos compañeros y compañeras que los utilizan con gran facilidad y oportunismo grabando numerosos eventos que acontecen en la lucha popular. El factor relevante a destacar es el derecho a la comunicación como un derecho fundamental de los seres humanos.

Lo anterior no solo se refiere al acceso sino que también a la posibilidad real de que toda persona pueda construir sus propios mensajes como aparatajes mediáticos que reflejen valores, significados y elementos cognitivos de acuerdo a sus intereses. En tal aspecto, la comunicación popular y alternativa, pasa a ser una herramienta de reivindicación y lucha contrahegemónica opuesta a los medios convencionales cuyo único objetivo es la enajenación de grandes masas a través de un discurso simplón y reiterativo. La prensa alternativa debe construir el “hacer en común” sobre la base del diálogo, lo valórico y el protagonismo de la gente que no necesita de la intermediación del especialista o la farandulería. Además, no puede ser testimonial, ni reducida a la descripción ni limitada a convencidos, sino que masiva y llegar a una gran audiencia, precisamente el factor que definirá su utilidad, de otra manera sería un medio para una secta. Eso le confiere el carácter popular, igualmente, el sentido alternativo lo determina su implicancia en la disputa ideológica-cultural, ya que debe ser una herramienta involucrada en lucha por el poder.