Dos niñas asesinadas por el ejército de Paraguay

En un confuso operativo militar el ejército paraguayo dio muerte a dos niñas argentinas de 11 años. En una aparatosa conferencia de prensa el presidente del país, Mario Abdo Benítez, justificó el asesinato como una exitosa operación contra la guerrilla del EPP.
En su intervención frente a numerosos periodistas, Abdo dijo que se complacía en anunciar el descubrimiento y destrucción del principal campamento guerrillero del Ejército Paraguayo del Pueblo, una agrupación que desde hace unas décadas desarrolla acciones armadas contra el gobierno. El mandatario publicó en twitter “Hemos tenido un operativo exitoso en contra del EPP. Luego de un enfrentamiento dos integrantes de este grupo armado han sido abatidos”. Posteriormente, los peritos forenses señalaron que eran dos adolescentes de entre 15y 17 años, las que eran integrantes de la “primera línea de fuego”. Luego, el general Héctor Grau indicó que las mujeres habían muerto en dos enfrentamientos distintos. Además, informó que las supuestas guerrilleras fueron sepultadas rápidamente y sus ropas y otros implementos quemados y destruidos, como medida preventiva frente al coronavirus. Sin embargo, eran unas niñas de 11 años, ambas primas y emparentadas con integrantes de la guerrilla, las que, según señalan sus familiares en Argentina, su lugar de nacimiento, fueron detenidas y asesinadas. Se trata de Carmen y Lilian cuyos apellidos sería Villalba, aunque todavía existe confusión, sólo está confirmada su corta edad, lo que las inhabilitaría para poder portar y manejar un fusil de guerra. El oscuro incidente se transformó en un complicado caso para Abdo, principalmente por su inusitada intervención en la justificación de un homicidio, además, por la comprobación por el gobierno argentino de la nacionalidad de las niñas, quienes habrían nacido en Formosa, residiendo en Misiones. Los cuerpos de las infantes fueron exhumados y se comprobó que una de ellas tiene seis impactos de bala. La Conferencia Episcopal del Paraguay, así como Jan Jarab, representante para Sudamérica de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, a los que se suma la Cancillería argentina, han demandado al gobierno paraguayo a que esclarezca todos los hechos en un investigación imparcial y sin demora.