La historia de nuestro Escudo Nacional

La historia de nuestro Escudo Nacional

Eduardo Henríquez

En el mes de la Patria, emerge en nuestros espíritus una enorme cuota de patriotismo donde tenemos la tentación de confundirlo con las fondas, ramadas, cuecas, la chicha y el temible terremoto acompañado con unas cuantas empanadas o anticuchos. Pero paralelamente a esta costumbre, vivimos en una realidad, donde muchas cosas de nuestra historia las ignoramos o no la hemos estudiado, y es precisamente en la cultura cívica que recibimos desde pequeños en las escuelas públicas, esos espacios tan importantes, junto a otros niños aprendimos a cantar la canción nacional y reconocer nuestro escudo patrio.

El escudo tiene dos símbolos, el cóndor, el ave más poderosa y grande del planeta, cuyo nombre procede del quechua kuntur y que está presente en los cielos cordilleranos desde Colombia y sigue por Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y termina en Chile.

El Cóndor es un ave grande y negra, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, pudiendo cambiar de tonalidad de acuerdo con el estado emocional del ave. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra. Esta interesante ave en el escudo patrio está acompañado por el soberbio Huemul, un animal cuadrúpedo que es único y que solo habita en las cordilleras chilenas desde la región de Ñuble a la de Magallanes.

Los científicos tienen registrada una muy antigua presencia del huemul en el actual territorio chileno desde hace unos dos millones de años, desde el llamado periodo del pleistoceno tardío. Son tantas las veces en las cuales hemos visto al entrar a las escuelas, como a las oficinas públicas estos dos símbolos importantes, la bandera y el escudo.

Por otra parte la historia nos da cuenta que el escudo nacional tiene su punto de partida en los albores de la independencia, el año 1812, con el gobierno que presidió José Miguel Carrera, período en donde se tomó la decisión política de reemplazar el emblema oficial de la corona española por uno nuestro.

Este primer emblema patrio consistía en dos figuras humanas, dos indígenas con sus respectivas lanzas, con textos escritos en latín en la parte alta sobre una estrella, donde decían; “Después de las tinieblas, la luz” y en la parte baja señalaba “O por consejo o por espada”. Con estos símbolos, la bandera y un escudo, los patriotas argentinos y chilenos enfrentaron a los ejércitos de la corona española hasta alcanzar la victoria en los campos de Maipú. Pero durante el gobierno de Bernardo O’Higgins, tras 10 años de vigencia del primer escudo, el día 12 de septiembre del año 1823, fue concebido el segundo escudo nacional que consistía en un ovalo sólo con la palabra “libertad” y con dos cañones en la parte baja y 8 lanzas y hachas en cada costado, más un monolito con tres estrellas.

Tras haber transcurrido otros 10 años de vigencia del segundo escudo -del símbolo patrio instalado por O’Higgins,- durante el gobierno del presidente José Joaquín Prieto fue aprobado por el Congreso Nacional el día 24 de junio de 1834, el tercer escudo que nos rige hasta la actualidad. Nuestro escudo es sostenido por el Huemul y por el Cóndor, con una lectura en la parte inferior que dice “Por la razón o la fuerza”.

En toda esta historia hay unos datos anecdóticos sobre nuestro tercer escudo nacional. Ocurre que el conocimiento del Huemul en esa época del 1830 era muy pequeño y muy poco se sabía de él, por eso, en varias partes en los primeros tiempos por ignorancia en el Escudo nacional en vez de aparecer el Huemul, en su lugar se pintaron caballos.

Así también a lo largo del tiempo el huemul ha recibido variados nombres: El pueblo alacalufe los denominaban cismal; por su parte los mapuches los llamaron hueque, mientras que en las cordilleras chillanejas los llamaban guey mul, pero finalmente predominaron dos nombres el de ciervo andino o el de Huemul Patagónico.

Otro aspecto interesante nos señala que un grupo de 28 científicos europeos importantes en el mundo por sus investigaciones, han estudiado a los huemules entre el 1782, fecha en que partió el primero de ellos, el Abate de Molina y que concluyo el británico Prichard.

Estos antecedentes es bueno contarlos en esta fecha donde los chilenos celebramos la independencia con la roja de todos.