Presos políticos los grandes olvidados por los partidos ansiosos por cuotas de poder
La declaración del ministro del Interior, Víctor Pérez, indicando que, según su parecer, en Chile no existen presos políticos porque todos han sido condenados por los tribunales, no deja de llamar la atención por la pobreza de argumento. Independiente de lo limitado que pueda ser el raciocinio de la autoridad no deja de sorprender. Aunque al margen de cualquier otro tipo de consideración, lo concreto radica en que un grupo de personas permanece recluida en las cárceles chilenas acusadas por supuestos delitos cometidos en protestas ciudadanas de carácter político, no por razones religiosas o deportivas. De lo contrario, todos estarían en sus casas. Como siempre, el Poder Judicial actúa con rigor sobre los más débiles de la sociedad, ya que los prisioneros son esencialmente personas sin contactos en la elite ni pertenecen a familias del establishment. Son personas comunes, como fue la totalidad de quienes protestaron contra el gobierno y el modelo. Sin embargo, los partidos políticos que están usufructuando de los cambios y promocionan candidaturas presidenciales y de un cuanto hay, están callados frente a tal situación. Numerosos voceros se manifiestan sobre los más variados temas, inclusive, solidarizan con eventos internacionales, lo que es correcto, pero se olvidan de quienes están presos, la gran mayoría de ellos, utilizados como herramienta de escarmiento y con dudosas pruebas. En una futura evaluación, el abandono de quienes están presos por luchar será un oscuro pasaje que pesará en los hombros de los partidos políticos y de sus dirigentes, voceros y militantes. La ambición de poder no puede ser lo único que los guíe, también se debe ser solidario.