¿Hay relevo en el poder en Estados Unidos?

¿Hay relevo en el poder en Estados Unidos?

El modo de elección de un presidente en Estados Unidos no es directo, ya que se vota por electores que luego nominan al jefe de Estado. Forma parte de un enrevesado sistema en el que no hay posibilidad de que un discrepante con el capitalismo logre ejercer el relevante e influyente cargo.

La democracia estadounidense es un mito ya que no permite el relevo en el poder, debido a que un intrincado sistema de normas y la determinante posición de los grandes grupos económicos, así como del sistema mediático, impiden que pueda gobernar una persona con ideas de izquierda.

Las elites estadounidenses aparentemente hoy están divididas entre facciones alineadas con el capital financiero que busca la gobernanza global versus sectores industrialistas nacionalistas que con gran nostalgia añoran la “grandeza” del país en tiempos pretéritos, antes de que los migrantes musulmanes y los latinos lo arruinaran. Pareciera que la disputa escaló a niveles tan contradictorios que la guerra civil es inminente. Sin embargo, las diferencias se manifiestan al interior de la ideología capitalista liberal y son, en realidad, discrepancias acerca del cómo Estados Unidos domina el mundo de mejor manera y, a la vez, del beneficio que el ciudadano del país puede sacar del hecho de ser la principal potencia planetaria hasta el momento. En tal sentido, el sistema democrático norteamericano es un orden político en el que no existe posibilidad de que el capitalismo deje de ser el modo de producción predominante y no hay espacio para que haya un sistema alternativo.

Así, es imposible que alguien con ideas de izquierda pueda llegar a ser presidente de la nación. Un más que complejo procedimiento electoral asegura la continuidad de cualquier candidato favorable al capitalismo.

La posibilidad de que un postulante independiente logre salir vencedor es absolutamente improbable. Por lo tanto, son los aspirantes militantes del Partido Republicano o del Partido Demócrata quienes pueden optar al relevante cargo. Para nominar al candidato de cada partido se realiza una Convención con asistencia de delegados elegidos en un proceso denominado primarias y caucus.

En el caso del Partido Demócrata, una parte importantes no es elegida, sino que asiste por derecho propio y se llaman superdelegados.

El día de la elección presidencial, en verdad se vota por electores de cada Estado que constituyen el Colegio Electoral, en concreto, la suma de personas con derecho a elegir al presidente de la republica, por lo que, a pesar de que durante la noche de los sufragios aún no se ha elegido al nuevo mandatario, la cantidad de electores que cada cual eligió en la jornada permite saber quién triunfó.

Tal complicada escala de fases en el proceso eleccionario, es un cedazo para que no haya posibilidad de que un anti establishment pueda acceder a un cargo de tanta preeminencia.

Hay otros dos aspectos limitantes para que una persona fuera de las elites pueda postularse, una es la exorbitante cantidad de dinero que se gasta en una campaña. En el 2020, los dos aspirantes recaudaron más de 14 mi millones de dólares, de los cuales 20% fue de donantes pequeños, el resto de grandes grupos corporativos. La segunda barrera, es el control de los grandes medios de comunicación, los que nunca serán neutrales, por lo que su control es un paso obligado que cualquier hijo de vecino no puede ejercer. De esta manera, la elección presidencial en Estados Unidos no es una muestra de democracia, ni mucho menos.