La Derecha está iniciando un fuerte debate interno

El revuelo que produjo la postura que tomaron los principales líderes de la UDI, se une a la solidez de la fracción de RN que está por el Apruebo. En este cambiante escenario, un frustrante Evópoli como los hitlerianos de José Kast quedaron bajo la mesa.
La semana ha estado movida al interior de la Derecha, la que se ve afectada por la derrota que sufrirá en el plebiscito del 25 de octubre. Si bien es cierto, ha existido gran dispersión los últimos meses debido a la notable ausencia de liderazgo, durante la semana pasada comenzó a delimitarse el espacio de las dos tendencias que disputarán la hegemonía, una es la inclinada a atrincherarse en el Rechazo para desde allí aglutinar a la base social y política que les permitirá conseguir el tercio que impedirá cambios profundos en la futura Convención Constitucional. Por otro lado, el segundo sector, que votará Apruebo, espera aglutinar a la militancia más dispuesta a negociar y levantar un amplio espacio de negociación que desde ya comience a construirse, cuestión para la cual necesitan estar en el bando de los que desean transformaciones. Así, esperan edificar desde el comienzo del proceso constituyente las bases del acuerdo, cuestión para la cual esperan coadyuvar a sus interlocutores en el bando de la oposición, sector que aspiran, se constituya en el otro tercio con el que esperan constituir mayoría para aislar al extremismo refundacional de la hoja en blanco.
En tal sentido, la mayoría de la Derecha y del empresariado, sabedores del descalabro que se aproxima, están por llegar a un acuerdo y dispuestos a negociar, aceptan que en este período retrocederán, pero tratarán de mantener lo necesario para remontar en otro periodo que, sueñan, puede serle más favorable. Así también lo expresó el grupo económico de La Tercera que en su editorial se definió por el Apruebo. Como dice el adagio, de ilusiones también se vive, o sobrevive. El diseño apuesta a la existencia de la correlación de fuerzas de la década 1990 o, al menos, a revivirla, una estrategia que estará determinada por la capacidad de los empresarios para retroceder y por la fuerza que tenga el “centro político”. No es muy realista pero al menos tienen un diseño.