El conflicto en Palestina comenzó con la Nakba

El conflicto en Palestina comenzó con la Nakba

Lo del 7 de octubre es consecuencia de 75 años de colonización

Reducir el conflicto en Palestina al ataque de Hamás, es ocultar la cabeza tal como lo hace el avestruz, ya que si el proyecto del sionismo y del Reino Unido no se hubiese concretado, hoy no habría guerra, menos un genocidio, pero el capitalismo sería más débil y limitado.

Las declaraciones del sionista embajador de Israel, indicando que su Estado se defiende de una agresión ocurrida el pasado 7 de octubre, se igualan al argumento de la OTAN que ubica como el inicio de la guerra en Ucrania a la invasión rusa, sin tomar en cuenta el golpe de Estado del Maidán del año 2014, que llevó al nazismo al poder.

En cuanto a Gil Artzyeli, es evidente el objetivo propagandístico de sus palabras, insistiendo en acudir a lo victimizante, al sostener que Chile no se pronunció sobre “las atrocidades en contra de Israel”, argumento repetitivo que no logra esconder lo que el sentido común planetario admite sin duda alguna, las víctimas principales son los civiles palestinos.

Artzyeli, intenta ocultar el origen del “conflicto del Medio Oriente”, que no es otro que la estrategia expansionista del capitalismo europeo que utilizó a una religión como soporte de una invasión e instaló una cabeza de playa en un estratégico territorio, expulsando por la fuerza a los habitantes originarios del lugar.

En tal sentido, cobra vigencia lo que se conoce como la Nakba o catástrofe, en la que cerca de un millón de palestinos fueron expulsados de su tierra, en unas 400 aldeas, sin que hasta el momento puedan volver.

Las casas construidas por antiguas generaciones, fueron ocupadas por familias judías, creándose un Estado de tipo confesional. Un absurdo como tantos que el capitalismo comete, en aras de asegurar su crecimiento.

Por ello, referirse a lo que sucede en el Asia Occidental sin reparar en un factor esencial para determinar la legitimidad de las causas, constituye una falacia cuyo objetivo es simple propaganda, lo que expone en su real magnitud la baja calidad de las ideas que defiende el sionismo, ya que solo es un intento por disfrazar las verdaderas razones del conflicto.

Si el Estado de Israel no se hubiese construido fortaleciendo la llegada de extranjeros cuyos argumentos se basaban en ideas de un libro religioso como es la Biblia, hoy no habría guerra, ya que plantear que la existencia de antiguos feligreses judíos en la región, constituye la base de una nación y que quienes la han habitado por miles de años son extranjeros, es absurdo. En dicho aspecto, la Nakba, como la construcción del estado de Israel son acontecimientos de máxima relevancia cuando debe analizarse el fondo del asunto.

Israel es una construcción que tuvo como objeto una causa político económica, disfrazada de religiosa y hoy se sostiene con el fanatismo de creyentes que se sienten “el pueblo elegido”, noción acomodada a la ilógica justificación del derecho a agredir a “subhumanos” considerados de un nivel inferior e, increíblemente, como usurpadores de la tierra en que han vivido por miles de años, cuando las antiguas tribus nómades iniciaron un proceso de sedentarización y construyeron las aldeas de las que fueron expulsados durante la Nakba.

Por eso, argumentar que la tragedia de Palestina comenzó con la acción de Hamás es un despropósito, ya que dicha organización es solo la consecuencia de una inconcebible tragedia iniciada hace más de 75 años.