Nueva Mayoría vuelve a las andadas

Nueva Mayoría vuelve a las andadas

Ex partidos gobernantes llaman a unidad opositora solo pensando en el poder, ya que no plantean el tipo de sociedad a construir ni tampoco indican que administrarán el país bajo el actual modelo neoliberal.

El principal argumento que señalan los partidos que conformaron la ex Nueva Mayoría, es evitar que la Derecha vuelva a ganar las elecciones presidenciales y tal premisa los retrata en toda su magnitud, ya que se supone que deberían levantar un proyecto de sociedad futura, porque ni siquiera basta con la elaboración de un programa como hace unos años atrás, ya que la sociedad chilena alcanzó tal grado de crisis, que solo puede avanzar con un cambio profundo. Pero, es evidente que la dirigencia de la DC, Convergencia Progresista y el PC, no tienen capacidad de leer con un mínimo de asertividad el nivel de degradación alcanzado. Quizás, el único acierto es la necesidad de constituir un amplio bloque unitario, pero como nadie señala el “para qué”, solo cabe concluir en que intentan recobrar el gobierno nada más que para repartirse puestos y proseguir la pobre gestión desarrollada en el período 2014 a 2018, la que precisamente permitió a Piñera alcanzar el poder. A la vez, algunos líderes del Frente Amplio, aprueban tal planteamiento y también pregonan la unidad sin ideas, como si la política se pudiese desarrollar sólo de sumas vacías.

La cuestión central es si se reconoce la existencia de una crisis del modelo, frente a la cual no hay dos lecturas, se resuelve sobre bases neoliberales o se transita a otro tipo de sociedad. No hay términos medios, inclusive los grupos privilegiados no pueden sostener que el país se encuentra en condiciones de alcanzar un desarrollo pacífico si no se impulsan cambios y su propósito es lograr que las necesarias transformaciones no les afecten demasiado. Entonces el diseño de los partidos que integraban la ex Nueva Mayoría está desfasado en el tiempo, ya que podría haber funcionado hace unos años atrás, pero hoy es inviable. Inclusive, en el hipotético caso de que lograsen constituir tal alianza y llegasen al gobierno, si no impulsan la construcción de un nuevo tipo de país, solo podrán aspirar a sobrevivir reprimiendo, tal como lo está haciendo Piñera.

Es impensable que en un futuro no se nacionalicen los recursos naturales entre ellos el agua, el cobre y el litio. Asimismo, tampoco puede seguir la subordinación de la economía chilena al capital financiero transnacional, por lo tanto, no se puede continuar con el nivel de autonomía que mantiene el Banco Central, como es impensable prolongar las desregulaciones, los aportes estatales a las empresas privadas o el régimen de capitalización individual, o mixto, en el sistema de pensiones. Así, tantos otros elementos que ya no pueden eternizarse, de lo contrario, la crisis permanecerá y se corre el riesgo de que se llegue a un Estado fallido, que solo concentrará en la represión y el bandolerismo, su principal actividad. Hoy, el gobierno se mantiene a duras penas y no puede garantizar paz alguna.

Los partidos de la ex Nueva Mayoría se autoproclaman como oposición al gobierno intentando adueñarse de la lucha de la gente, pero el pueblo ya demostró en la calle que es oposición al modelo capitalista neoliberal.

Además, la operación planteada deja muchas dudas con relación a las coincidencias para que la alianza entre la DC, el PC y Convergencia Progresista, pueda plasmarse en un proyecto de sociedad ¿es la famosa reinvención de la opción socialdemócrata? ¿Cuál es la política internacional que se va a implementar una vez que alcancen el gobierno? ¿Van a seguir con la misma política frente a las fuerzas armadas si hace unos meses multitudes apedreaban los regimientos? Son muchas las dudas, ya que el único referente es el último gobierno en el que participaron y no existe ningún elemento que permita afirmar que van a cambiar, solamente podrían constituirse en algo serio si es que logran ampliar el arco del bloque, pero quién va a querer autosuicidarse, solamente un partido que no tiene nada que perder, por lo que es muy difícil que logren avanzar más allá de los límites de la ex Nueva Mayoría. Además, cuando señalan que es necesario unir a la oposición, se están refiriendo a las orgánicas de tipo político tradicional y, desde el 18 de octubre, ha surgido una oposición política distintas, que aunque todavía no logra constituirse nacionalmente, pero es cuestión de tiempo para que lo haga. De la misma manera, la existencia de una oposición social se ha consolidado y desde el estallido social han irrumpido un sinnúmero de estructuras autoconvocadas en los barrios, que no se sienten representadas por los actuales partidos, menos con un pasado neoliberal como los de la ex Concertación y ex Nueva Mayoría. Igualmente, las torpes declaraciones del presidente de la DC, Fuad Chaín y del líder PPD, Heraldo Muñoz, quienes no reparan en que vivimos en una sociedad compleja, indican que no han asumido que la política, actualmente, no puede abordarse desde extrapolaciones simples e inconducentes. Quién va a querer aliarse con partidos que actúan sin una mínima autocrítica, moralizando como tuviesen un albo pasado y que, además, tendrán dificultades para relegitimarse. No alcanzan a percibir que sólo tienen futuro si participan de una alianza amplia, aunque pareciera que se sienten fuertes como para reducir sus relaciones a incondicionales, una política que puede aislarlos y reducirlos a la nada misma.