La intranscendencia de la Conferencia de Seguridad de Múnich

La intranscendencia de la Conferencia de Seguridad de Múnich

Se efectúa anualmente en la capital bávara desde 1963 y su principal objetivo es analizar la actualidad de la política de defensa y seguridad de los países capitalistas occidentales, aunque son invitados líderes políticos de otras naciones, representantes de multinacionales ligados a la industria del armamento, así como dueños de oligopolios mediáticos y ONGs financiadas por grandes compañías. En dicho evento, en el 2021, el presidente Biden señaló “América ha vuelto”.

Entre el 16 y el 24 de febrero del presente se celebró su versión N°60 en el Hotel Bayerischer Hof, aunque los principales protagonistas asisten los primeros días dejando para después temas menores. A pesar del esfuerzo de los organizadores, esta vez fue un estrepitoso fracaso, ya que su objetivo principal era alinear al máximo de fuerzas tras el apoyo a Zelensky y una opinión común sobre la guerra en Gaza, lo que no se logró. Lo demás fue un conjunto de intervenciones de buena crianza que a nadie impacta. Paradojalmente, fueron dos ausentes los que se constituyeron en las figuras centrales, Vladimir Putin y Donald Trump. El primero utilizó la “sutileza soviética” para enviar un mensaje a la conferencia: el ejército ruso se apoderó de Avdiivka, la fortaleza de Kiev en el Dombás, de igual manera, desalojó la cabeza de playa en Krynki, en la orilla oriente del Dniéper, apareció muerto Navalny y un desertor ruso que se apropió de un helicóptero murió de un balazo en la nuca en España. Además, el resultado 2023 de la economía rusa es alentador para el Kremlin.

Por su parte, la negativa de Trump de seguir apoyando con fuertes sumas de dinero a Zelensky, lo que tiene detenido un paquete de 60 mil millones de dólares de ayuda en el Congreso estadounidense, constituyó un tema obligado, ya que definiría el curso de la guerra.

Frente a ello, tal como viene sucediendo desde hace algunos años, Europa es la gran damnificada, porque su alta dependencia de Estados Unidos en lo militar, a través de la OTAN, la tiene subordinada a lo que fije Washington y, en dicho marco, lo señalado por Mark Rutte, primer ministro neerlandés saliente, acerca de la necesidad europea de aumentar la producción de armas más allá de la guerra de Ucrania, por los conflictos que se avecinan, muestran ingenuidad y desesperación, la tónica de esta nueva Conferencia de Múnich.