El allendismo como fuerza ideológica de futuro

El allendismo como fuerza ideológica de futuro

El legado del presidente Allende va mucho más allá de la nostalgia o del aprovechamiento de su apellido, es un conjunto de propuestas políticas que deben aprovecharse para la rearticulación de la izquierda, tras el objetivo de construir un bloque por los cambios.

El allendismo se establece como opción democrática popular de transición al socialismo. Una propuesta de sociedad que favorece los intereses de las clases populares y sus aliados.

Cualquier iniciativa que busque la rearticulación del movimiento popular chileno, pasa por el factor ideológico y, en tal sentido, el rescate del allendismo se convierte en un objetivo de primer orden. Sin embargo, es necesario antes responder a una pregunta más que obvia, ¿qué es el allendismo?

Sin duda una categoría que puede ser difusa para los teóricos, pero para el pueblo de izquierda es algo muy concreto. Como una premisa básica, resaltan aspectos subjetivos los que a veces confunden, ya que el proceso que encabezó se constituyó en la primera experiencia política desarrollada bajo una realidad compleja que, a pesar de la polarización, no puede encasillarse en una bipolaridad extrema, menos bajo un esquema compuesto por agentes buenos o malos.

Desde tal perspectiva, aparecen dos particularidades, la decisión política y la consecuencia. Ambas reflejadas acrecentadamente la aciaga mañana del golpe de Estado, sin embargo, lo acompañaron durante toda su vida. La opción de combatir con un fusil en la mano, además de dejarse ver con este a lo largo de la jornada, es un acto para varias interpretaciones, pero es un hecho simple, Allende intentó negociar, pero los militares fueron inflexibles ante lo cual solo le quedaba combatir. Vale decir, mientras rigió el orden democrático aceptó sus reglas y al derrumbarse este, entendió que solo quedaba la ruptura. No tranzó con el golpismo.

Por ello, el correcto análisis de la situación de fuerzas indica la táctica y esta no depende solo de un sector, está ineludiblemente asociada al enemigo de clase al que se enfrenta.

Las bases del proyecto allendista se resumen en un enunciado concreto: un proyecto democrático popular de transición al socialismo. Desde allí emana la construcción de un nuevo Estado, el poder popular, la nueva economía, la inserción en el orden mundial y otras componentes de un proyecto alternativo de sociedad.

Pero además, indica la necesidad de elaborar una nueva teoría del poder en cuanto acceso y defensa, así como el diseño de construcción de fuerza estratégica y fuerza táctica.

En este aspecto, el factor que está detrás de cualquier proceso a emprender para articular el allendismo, integrante de una expresión mayor concebida como un bloque por los cambios, es la crisis social y política por la que atraviesa la sociedad chilena. Arranca principalmente de un hecho básico, la imposibilidad del modelo neoliberal para asegurar el desarrollo del país, con un marco redistributivo que satisfaga las necesidades de todos sus habitantes y con un régimen político que asegura la participación e inclusión de todos sus ciudadanos. Eso significa que el cambio es la tarea política central y la opción con capacidad para convencer al pueblo de su necesidad y, además, proponer un camino viable, será la que tendrá vigencia. En tal contexto la izquierda chilena, atomizada y con alta dispersión, puede transformarse en alternativa si genera un proceso rearticulador al calor de una propuesta de resolución de la crisis. En dicha perspectiva, el allendismo es una base de cohesión que no se puede desdeñar, por el contrario, asegura la recepción del pueblo de izquierda, siempre fiel al legado del recordado compañero presidente.